Tengo miedo de hablar, de expresar mi opinión
y que sea mal interpretada, juzgada y rechazada.
Tengo miedo de hablar y que la gente
no escuche, no oiga, no preste atención.
Tengo miedo de hablar de los desconocido,
de mí, de ti, de nosotras.
Tengo miedo de hablar y nombrarme,
nombrarnos, nombrarte… nombrarle.
Tengo miedo de hablar y ser ignorada,
despreciada, odiada, desechada.
Tengo miedo de hablar y pensar diferente;
cuestionarles, discutirles y ofenderles.
Tengo miedo de hablar y no hacerlo,
no atreverme, no armarme.
Tengo miedo de hablar y preguntarte,
juzgarte, dañarte, exigirte.
Tengo miedo de hablar y no entenderte,
menospreciarte y no amarte.
Tengo miedo de hablar…
hoy, nuevamente.
No es posible que parezca que hemos retrocedido una vez más y que ahora no pueda expresarme, opinar y hablarme mujer. Pareciera que ya no se puede decir nada sin ser mal interpretado, sin ser tachado de $%&$… Me escucho decir esas palabras y me da miedo, me da miedo caer en lo mismo que ellos, en el mismo discurso racista, machista, ¿se puede acaso hablar igual sin expresar lo mismo? ¿Tiene sentido que me sienta tan molesta, frustrada, enojada y desesperada porque nadie parece entender esta lucha?, ¿esta guerra? ¿Soy yo ahora realmente una discriminadora, una opresora? Pero… a mí me ocupa, me siento mal de decir lo que digo, de no ser ‘buena persona’, de juzgarles. Sin embargo pienso, me importa. Si no me importara sería como ellos ¿o no?, pero me importa, y ello me hace diferente; ¿me hace?, ¿lo soy?, ¿o es que acaso no lo puedo ver? Y si es así, ¿por qué no lo puedo ver?, ¿es mi privilegio tan grande?, ¿o será más bien que no lo quiero ver?, pero, ¿qué es lo que hay que ver? ¡¿Qué es?! ¡Me importa!
Le doy vueltas y vueltas, y nada más no lo comprendo. No lo veo. No lo entiendo. ¿Cómo es que esto tiene sentido? ¿Es porque son personas? ¡Yo también lo soy! Nosotras también lo somos, ¿es que acaso eso ya no importa? Tengo miedo de hablar, de opinar, de incomodar. ¿Cómo es que dentro de mi propio movimiento ahora ya no puedo ser yo? Ahora ya no puedo buscar aprender, cuestionar y dialogar con ideas claras, con ejemplos, con argumentos. ¿Cómo es posible que no me sienta segura de expresarme? ¿Y a costa de qué?, ¿de quién? ¿Tiene esto de verdad sentido?, ¿o acaso soy la única que no lo ve? ¡Quiero verlo! ¿Dónde está? ¡Enséñame! ¿Saldremos adelante de esta manera? ¿Así las cosas estarán mejor? Están segures que va a ser mejor… pero, ¿para quién?, ¿para mí?, ¿para ella? No lo sé. Me abruma pensar, me alivia no hacerlo. Obvio.
Estoy desinflada, apachurrada, descorazonada y desmotivada. ¿De qué sirve todo esto?, ¿de qué? ¿Algún día pasará? ¿Soy yo? ¡Dime!, ¿soy yo el problema?, o tal vez es el mundo. Sí, él es. Así sale mejor, así queda mejor. Él tiene la culpa, no yo, no tú, no ella, no él, no elles. ¿Cómo pararlo?, ¿lo paramos?, ¿lo quemamos? Dale tiempo, sólo tiempo. Solito caerá.
Espero, eso espero.
Atenta.
¿Me siento mejor?
No.
Tal vez.