Te marchaste cuando más te amaba,
regresas cuando más me amo.
Llevo mucho tiempo sintiéndome estancada, vacía, siento que me rompieron y estoy molesta conmigo misma por permitirlo. Definitivamente siento que estoy sumida en la oscuridad y que me he acostumbrado a ella; quisiera pensar que me he vuelto su amiga, pero la oscuridad no es amiga de nadie, es una mala compañía que te desgasta, que te llena la cabeza de reproches e inseguridades. Un día saldré de esta habitación oscura y solitaria, por lo pronto me aferro a los buenos momentos, a las risas, a los pocos rayos de luz que destellan cuando algo me hace feliz, cuando algo me apasiona o me inspira. Quizás por eso me gusta hacer reír, inspirar a los demás y contagiar felicidad, justamente porque lo echo de menos.